"¿Qué puedes hacer si la persona que te hace llorar es la única que puede consolarte?"
Esta es la historia de Laura, que un día, de repente, sintió que quería más a su novio que nunca. Por fin dejó de estar rara con él, y volvió incluso más cariñosa que antes.
En un momento de gran emoción y sentimientos, escribió:
Me enamoré de ti, entre silencios y sonrisas, entre miradas y momentos.
Para mi aquello era algo imposible, impensable, algo que difícilmente sucedería.
Pero.. sucedió. Y me enamoré de ti. Y al parecer, tu de mi.
A partir de ahí, vinieron incomodidades y miedos, peleas y lágrimas, desconfianzas y celos.
Momento tras momento era un infierno, entre besos y caricias, miradas que lo decían todo, tras palabras que no significaban nada, y tras un momento único tras otro, marcando una historia, y dos vidas.
Porque me gustó ser para ti, quien te enseñase el mundo, con sus placeres y sus estrellas, sus helados y sus prohibiciones, sus distintos sabores y sus secretos recovecos.
Porque me sentía como si te estuviese enseñado cómo andar, empezando desde gatear, para que al final, fueras tú quién tuvo que enseñarme a correr.
Contigo... contigo viví momentos especiales, me cambiaste, conseguiste que hiciera lo que ningún otro había conseguido antes sin malas artes de por medio.
Pero ese texto, quedó inacabado como se puede ver, puesto que en esa tarde la vida de Laura dio un pequeño giro debido a uno de los numerosos enfados que tuvo con su novio esa misma noche.
-¿Qué diablos? - pensó ella. - Al fin estoy bien con él, después de bastantes días... ¿y nos enfadamos?
Pero si no nos enfadábamos desde hacía un tiempo... ¿por qué justo hoy?
Ahora están enfadados. Él ha pedido perdón, pero ella no quiero perdonarlo. No quiere que sea como siempre, está harta. Harta de las peleas continuas, y de perdonarlo al día siguiente como si nada. Harta de que él actuase sin pensar, sin pensar en las consecuencias. Y que luego ella... tenga que dejarlo correr como si nada.
¡Oh! Un mensaje nuevo... y es de él.
"Tengo más vida aparte de ti, y paso de joderme el puto verano delante de una puta pantallita viendo como... como tu pasas de mi. Así que haz lo que te de la gana niña."
¿Niña? ¿Pero por qué me habla así?
¿Este es el chico del que me enamoré? No entiendo que ocurre...
Por fin comprendo lo vacíos que estaban esos “Te amo”. Porque yo le he pasado muchos enfados como si nada, le he pasado un montón de cosas que me han dolido. Y he soltado más lágrimas de las que él sabe, sobre todo ese día, cuando creo que lloré con más dolor que en toda mi vida, el lunes por la noche, de los últimos días de instituto. Llore tanto y con tanta angustia, que tuve que morderme la mano, llegando a provocarme una herida. Y ese fue el motivo de por qué al día siguiente casi no hable con él, porque estaba destrozada. Pero eso no importa si quiera... Porque tras todo esto, al primer enfado serio que tengo yo, me abandona. No lucha por mí, no me deja tiempo, no intenta convencerme de que mi camino está equivocado si no es junto con él.
Así que... es cierto que no soy la única en su vida, ni que me ama con locura y no sabría que hacer sin mi...
Estoy triste, pero ya no quiero llorar más por él.

