domingo, 23 de enero de 2011
Ámame despacio que tengo prisa
Puedes amarme, amarme sin descanso, por toda la eternidad.
Tu seguirás ahí, amándome, y sufriendo. Mientras yo, irremediablemente no sentiré nada.
Estaré impertérrita como una piedra, aunque temblando como el viento en mi interior. Pero no, hoy no. Hoy no será el día en que deje salir mis emociones. Ya es demasiado tiempo, demasiado dolor, demasiadas lágrimas, las que he estado reteniendo en contra de su voluntad.
No podrás hacer nada, ya es una costumbre, como la de quien cuenta números en cada lugar, o cómo la del que sabe qué para vivir no es necesario mucho.
Mi vida se resume a eso, a no expresar sentimientos, casi a no tenerlos, y a no confiar en nadie.
Y luego me dedico a vagabundear por las calles buscando marcha. Porque sí, si existe un mal vicio, yo lo tengo.
Chica cualquiera de la calle, dirás. Pues sí, te digo. Podrías considerarme así, es más, podrías considerarme de muchas formas, pero hasta que no me conozcas, no me afectará lo que pienses de mi.
¿Qué que puedo ofrecerte? Compañía en un par de fiestas sin nada de compromisos.
Un, hoy te digo hola, mañana cuando me ralle te diré adiós. Por qué mientras siga así, nada tendrá solución. Aunque la lluvia seguirá cayendo, y el sol calentando. Los pájaros volando, y las olas meciéndose.
Destinada a vivir de ésta forma, hasta que encuentre un puerto seguro. Cosa complicada, debo decir.
Por lo que ahora, con botella de ron en mano, y paquete de ducados en la mesilla, te explicaré que no es difícil conseguirme, si no que lo complicado es mantenerme. Porque una vez que decides algo, yo lo pensaré de mil formas diferentes, y al final, acabaré liándome de tal forma, que no querré verte más.
Esa es la historia de mi vida, cariño, así es.
También se da el caso de que cuando creo en cuentos de hadas, me entero de que el lobo solo me quieres para internarnos en el bosque y jugar a ciertos juegos, nada inocentes, aunque si muy oscuramente atractivos. Los cuales, tras un tiempo pensando que sí, llegué a la conclusión de que mejor no, que yo no quiero solo a un lobo que me lleve al bosque, también quiero que me acompañe a casa de mi abuelita, que conozca a mi mamá, y que me acompañe a la ciudad, pleno New York, a comprarme capitas de distintos colores, y a cada cual más corta. Pues son requisitos para no encasillarte y para que te halaguen y soben quienes antes ni se dignaban a mirarte.
Porque sí señorías, esa es la historia de hoy en día, una historia en la que lo único que cuenta es la apariencia, y el resto, es completa y absolutamente nulo, carente de sentido.
Y mientras unos lloran sin lágrimas por las noches, abrazados a una almohada pues es la única forma de dormir, pensar que se está acompañada, deben luego aparentar una sonrisa, y unos ojos vivos.
Y si luego te dicen; siempre vas sonriente, ¿cómo lo haces?
Te entran ganas de decir: Al principio, con esfuerzo, pero conforme va pasando el tiempo, la máscara va haciéndose más dura y resistente, con lo cual ya no supone nada ponértela cuando la necesites. Así la gente sigue viviendo en su burbujita de que todo es feliz, y de que lo más preocupante es cuándo a tus papás les da por comprarte el móvil nuevo de la marca que no querías, pues si no es rosa con maripositas, una raya a la izquierda y con fondo de gatitos, no te sirve.
Esta es la materialidad de la gente, y su única triste forma de vida.
Mis cabellos se mecen por los vientos de
Elecciones arriesgadas,
Lágrimas Ocultas,
Realidades Mortíferas
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Ohhhh Myyyyy Goooodd!! tuu escribes...dioss... no tengo palabras..me dejastee KAO..es precioso tiaa..me encantoo de verdad!!
ResponderEliminarTeeeQQ
Pasatee x mi blogg!! tienes un peqeño regaloo =)
ResponderEliminarTeeeQQQ
Todos tenemos nuestras mascaras nadie enseña su verdadero yo excepto atraves de poesia y musica Gracias por compartir el tuyo ^^
ResponderEliminarQue bien conocemos algunos esas máscaras...
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