domingo, 9 de enero de 2011




Vivo en una casa de locos, impotente al no poder salir.
Las arañas trepan por las paredes y huyen, ojalá, todo fuera tan fácil, para mi.
Los gritos retumban en las paredes, se hacen ensordecedores, delirantes, mudos.
Las lágrimas asoman por mis ventanas, deseando escapar, salir, ser liberadas.
Pero su alivio les es negado, puesto que eso solo mostraría debilidad, ante el gran ogro que influye en mi moral.
La oscuridad se hace eterna, mientras que veo como una sonrisa fugitiva escapa, para no volver. Nunca.
La ironía se adueña de la conversación, la retuerce y mortifica, hasta que solo quedan unos rasguños y harapos.
La vida está en nuestro corazón, intentando salir, hacerse presente, pero imposible, ya no hay marcha atrás.

1 comentario:

  1. eeereesss unaa zorraaa askerosaaaa qee escribeeee mazoo bieeeeen!!qee ascoo de niñaaa!!jaja
    andaa pasatee x mi blog..lo cambeie un poco...
    TeeeQQ

    ResponderEliminar

¿Algún suspiro que dar?