sábado, 27 de agosto de 2011

13 cosas que no sabías de mi antigua pequeña yo:


Yo en mi quinto cumpleaños, creo. PD: Ese dedo era digno de saborear(;


  1. Me encantaba ( y sigue encantándome) echarme mucha mantequilla en las tostadas. Mi madre me echaba la bronca por ello.
  2. Las algas me aterraban. Ahora me río de la gente a las que le aterran.
  3. Comía crema. Y no crema de sopa, no. Crema para el sol, crema hidratante, pomadas.. Una larga variedad.
  4. Me encantaba Pícara, la de la serie de los X-men en dibujos animados. Quizás ya de pequeña apuntaba maneras.
  5. Desde los seis años o cosa así, solo dormía la siesta cuando estaba o iba a ponerme enferma.
  6. Tomé biberón hasta los ocho años. Y tan feliz que yo era.
  7. Un día, mi familia estaba sorprendida al oír a alguien trasteando con agua en la cocina. Era yo, fregando los platos a escondidas. No, no me comprendo.
  8. Nunca me he roto nada. Ni fisuras, torceduras o similares.
  9. Solía cantar sola en mi cuarto ( no ha cambiado mucho con ahora), solo que por ese entonces, sin mentir, las canciones eran patéticas.
  10. Llevo con mi peluche Perrito Cachorro Piloto desde que tenía unos tres meses (según me cuentan, yo aún estoy por recordar ese momento).
  11. Era muy buena niña. Que pena que me desviase del carril.
  12. No sabía ni silbar ni chasquear los dedos. Vale, y sigo sin saber.
  13. Cogía todo lo de mi madre que se ponía a mi alcance, eso incluye maquillaje, zapatos, ropa y... sujetadores. En esa época me parecían ENORMES.

Yo living la vida loca. Estoy de vacaciones, ¿se nota?


lunes, 15 de agosto de 2011

Cuéntame de cuando eras feliz y no tenías preocupaciones.


Nos encontrábamos ambos en mi piso, que estaba tintado de un aire nostálgico y de pintura.

- Cuéntame. -susurró él con voz queda.- Cuéntame de cuando eras feliz y no tenías preocupaciones.
- ¿De cuando era feliz? -Murmuré, quebrándose las palabras.- ¿Te refieres a esos momentos en los que jugaba con muñecas?

Y me reí. Me reí con una falsa carcajada, y le besé dando fin a la conversación.

- Haces unas preguntas muy raras para habernos conocido anoche.

- Ya, si. Perdón, pero tengo que irme ya, lo he pasado muy bien y... tienes un piso precioso. Hasta luego.

Y se fue, dejándome sola de nuevo, con mis pensamientos.

- ¡Maldita sea! ¿Porque tenía que comentar eso? No necesitaba que me diesen en que pensar.

lunes, 8 de agosto de 2011

En las Tierras del Rencor








Que abandonen los débiles, que caigan los caídos, que mueran los vencidos. Pero que ganen los fuertes, que venzan los embaucadores, y que gobiernen los miserables.

Esta es la ciudad de la Rabia Contenida, donde por cada golpe, no esperes uno más flojo que el entregado.
Donde hasta el más cobarde es admitido, si es una sucia rata embustera de cloaca, capaz de apostarse a su bebé a cambio de una zapatilla sucia contrachapada.
No se admiten sinceros, vulnerables, tímidos, simpáticos o tiernos. Estos son echados a la calle, usados de carne de carroña, para alimentar a los más ogros en el mal hablar y el espionaje.
Aquí las mujeres son tratadas como princesas, con un sueldo estable y fijo, y un número de clientes igual de fijo cada noche. Aquí se les permite gemir y maullar a su libre albedrío, disfrutando de las caricias dadas por parte del borracho y viejo caballero de turno, el cual con gran parsimonia y lisonjería, disfruta de sus cuerpos expectante de placer.

domingo, 7 de agosto de 2011

Muñeca Rota







Sola, sola estoy.
Sola y olvidada.
Olvidada porque nadie me recuerda.
Como una muñeca rota llena de polvo.
Dejada en el rincón más oscuro de la estantería.
Yo sollozo, pero nadie me escucha.
Yo lloro, pero nadie me consuela.
Soy como preciado pájaro que libre volaba,
pájaro que abandonado fue,
pájaro que abandonado y sin salida dejaron.
Aquí me encuentro,
a la espera de que alguien venga,
a la espera de que me recuerden.
A la espera de que de mí se apiaden.
Muñeca, muñeca rota,
sola, sin salida,
llena de polvo y abandonada.
Querida por nadie,
olvidada por todos.
Aquí me encuentro, llorando amargamente,
en esta sempiterna oscuridad,
sin estar ni en tu corazón ni mente.
Me siento como lobo apresado,
sin tener cumplido ningún sueño,
por su condición de lobo temido, apesumbrado.